Los hijos pequeños y el servicio como matrimonio en la Iglesia
Tenemos poco más de seis años en este movimiento al que nos gusta llamar familia, y desde que somos padres nuestra vida cambió por completo, no se diga en nuestra labor dentro del encuentro.
Somos padres de dos hermosas hijas quienes son nuestro todo, a las que nos gusta consentir y quienes demandan nuestro tiempo; nos gusta atenderlas y siempre ponemos como prioridad su salud, sus cuidados y cualquier necesidad que tengan, pero también queremos respetar el espacio de nuestro servicio en Encuentro de Novios, pues es una de las actividades que realizamos como matrimonio.
Actualmente somos parte del consejo de la sede Durango, en el apartado de Comunicación, hemos coordinado una comunidad por un poco más de tres años, y nos gusta aportar todo lo que creemos sirve para el movimiento en nuestra sede.
Pertenecer a Encuentro de Novios y acudir a los talleres mensuales, de comunidad o de consejo era tarea fácil cuando solo éramos los dos, no había problema ya fueran entre semana o sábado y domingo, por la mañana o por la noche, en nuestra casa o en cualquier otra, nuestro máximo problema era si teníamos algún compromiso social y pues teníamos que elegir entre prestar servicio o dar vuelo a las fiestas.
Pero con bebes de pronto resultó que a las ocho de la noche ya tienen sueño, que es mucho más cómodo que las reuniones sean en nuestra casa para poder dormirlas antes de que comience algún taller, y de este modo poder darles de cenar cosas que puedan comer.
Acudir a los talleres implica esfuerzo como padres, pues antes de cada reunión (que duran un tiempo considerable) hay que preparar biberones, comida, snacks, cobijas por si hace frío, ropa extra por si hace calor, mentalizarte a que posiblemente no te dejen escuchar y por si fuera poco, trasladar sus juguetes favoritos de aquí para allá.
Algunas veces recurrimos a nuestra niñera de cabecera para que las cuide, o con la abuela consentida que siempre está dispuesta, o con cualquier buena alma que se apiade; pero ahí se contempla que las recogerás tarde, que probablemente ya estén dormidas y que seguramente ya no las bañaras esa noche.
Quizás es una etapa que hace todo más complejo, pero aun así estamos ya encaminados, ya más o menos tenemos claro que hay que hacer previo a las reuniones, nos gana el cariño por Encuentro de Novios, además de que hemos hecho muy buenos amigos e incluso los padrinos de nuestras dos hijas son parte también del movimiento.
Todo esto sin dejar de lado que Dios nos ha recompensado todos y cada uno de los momentos que hemos entregado en servicio, ha sido bondadoso e incluso generoso en exceso, y si por tener todos esos beneficios tenemos que batallar otro ratito, lo haremos con mucho gusto y desde nuestro corazón.
Susana & Javier García
Encuentro de Novios Durango, México